Repite con tu boca esta oración, con fe y esperanza en el obrar de Dios.
Bendito Dios de poder y control. Alabado y Bendecido sea tu Poderoso Nombre eterno mi Dios. Gloria a Dios. Dios que abundas en dominio propio, quién como tú y tu poder. Grande eres. Te bendigo y alabo. Amén.
Oro a ti, en primer lugar, para que perdones mis errores y pecados Señor. No tengo control de mi mismo, de mis pensamientos, de mis palabras y actos Señor. Ayúdame. Cometo errores verbales, visuales, de actitud y obras con mi prójimo Señor. Perdóname por favor, y dame el poder de tu Espíritu Santo sobre mi vida, para vivir en santidad y dominio propio Señor. Gracias mi Dios. me arrepiento de mis abusos y de mis prepotencias. Sáname Señor. Gracias. Amén.
Te pido por los que se abusan Señor. Los perdono y ruego que los toques y cambies para bien, porque están en peligro Señor. Bendíceles. Gracias mi Dios. Amén.
Y en este momento pido por mis necesidades, que tú ya las conoces Señor. Dame dominio propio, poder, fuerza, gracia, y unción para vencer Señor. Bendíceme mi Dios. Amén.
También pido por los demás, por los mios, para que puedan ser controlados por ti y sean libres de problemas y errores Señor. Gracias mi Dios porque sé que lo haces. Amén.
Y reprendo a todo espíritu de violencia, de prepotencia, de abuso y de opresión que se levantan contra mi vida y familia y lo echo fuera de nuestra vidas, en el Nombre de Jesús. Satanás suelta nuestras vidas. Vete fuera diablo. No tienes parte ni arte entre el pueblo poderoso del Señor. Amén.
Clamo Señor Jesús conforme a tu promesa. De que el Espíritu que nos darias es de amor, de poder y de dominio propio. Haz que tu palabra se cumpla en mi vida y mi familia mi Dios. Lo creo, lo espero y lo recibo Señor. Amén.
Y yo te agradezco trino Dios por tu bendición, poder y fortaleza sobre mi vida Señor. Gracias porque sé que nos das la victoria en Cristo Jesús. Bendito por los siglos. Amén y Amén.
(Quede en silencio, esperando que Dios le hable a través de una voz audible o intuición; que hable a su mente, corazón, alma, espíritu, y le revele su amor y voluntad);
(Lectura bíblica de algún capítulo de la Biblia, abrir la Biblia y buscar algo para leer, o dejar que el Espíritu Santo le dirija a algún pasaje en especial. Meditar sobre el mismo, aprender algún pasaje de memoria, dejar que Dios le hable a través de su palabra, tomar decisiones conforme a ella, y comenzar a practicarla).
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