Repite con tu boca esta oración, con fe y esperanza en el obrar de Dios.
Señor Jesús, vengo a ti en esta hora, para darte gracias y bendecirte por todas tus bendiciones dadas a mi vida en este día y siempre. Te alabo Padre, Hijo y Espíritu Santo, Te glorifico y te bendigo por tu bondad y misericordia.
Te pido perdón por el pecado del desagradecimiento, a veces no me doy cuenta de todo lo que tu me das, el mundo y sus injusticias me hacen estar ciego a esta realidad. Perdóname mi Señor Jesús, lavame, límpiame de mi pecado por favor. Gracias Señor mío.
Señor y Salvador mío, tu conoces lo que necesito en este día, sé tu mi ayudador, porque a nadie tengo en los cielos sino a ti, y porque vana es la ayuda del hombre en esta tierra. Suple mis necesidades Señor, te lo imploro en esta hora. Te necesito, no puedo más.
También te pido que bendigas a los míos, tu los conoces Señor, sé tu el Dios de ellos también, tu palabra promete salvación para mi casa y mi familia. Acuérdate Señor de tu palabra. Yo creo que los vas a tocar, bendecir y salvar eternamente.
Y con tu poder Jesús, ato y reprendo a todo espíritu de injusticia que me hace sentir menos y que me hace estar mal.
Satanás suelta mi vida, porque estoy bendecido por Cristo Jesús. Vete fuera con tus mentiras, porque eres mentiroso y padre de mentira. Suelta mi mente y mi vida, en el Nombre de Jesús de Nazareth te lo ordeno.
Y Señor Jesús, tu me prometes muchas cosas en tu palabra escrita. Señor que pueda ver yo el cumplimiento en todas mis peticiones y necesidades. Yo sé que tu eres fiel, Glorifícate Señor Jesús en mi vida y familia.
Y yo te agradezco eternamente por tanta bendición dada a mi. No soy digno de tanta bendición, y es por eso que te doy muchas gracias, y prometo no ser desagradecido y no quejarme más, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo lo declaro con fe y lo prometo. Amén.
(Lectura bíblica de algún capítulo de la Biblia, abrir la Biblia y buscar algo para leer, o dejar que el Espíritu Santo le dirija a algún pasaje en especial. Meditar sobre el mismo, aprender algún pasaje de memoria, dejar que Dios le hable a través de su palabra, tomar decisiones conforme a ella, y comenzar a practicarla).
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