Oración desde el lecho de dolor
Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová.
Jehová lo guardará, y le dará vida; Será bienaventurado en la tierra, Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos.
Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; Mullirás toda su cama en su enfermedad.
Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; Sana mi alma, porque contra ti he pecado.
Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando: ¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?
Y si vienen a verme, hablan mentira; Su corazón recoge para sí iniquidad, Y al salir fuera la divulgan.
Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen; Contra mí piensan mal, diciendo de mí:
Cosa pestilencial se ha apoderado de él; Y el que cayó en cama no volverá a levantarse.
Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, Alzó contra mí el calcañar.
Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar, Y les daré el pago.
En esto conoceré que te he agradado, Que mi enemigo no se huelgue de mí.
En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, Y me has hecho estar delante de ti para siempre.
Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, Por los siglos de los siglos. Amén y Amén.
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